DETALLES.
Los antiinflamatorios son un grupo de medicamentos de uso muy frecuente, disponibles casi siempre en el botiquín familiar y cuyo acceso está facilitado por su venta sin receta.
Por sus propiedades analgésicas, alivian el dolor en una amplia gama de situaciones cotidianas:
Lesiones musculares y articulares producidas por el deporte, infecciones de garganta y dentales, así como cefalea, cólicos y dolores menstruales. También se usa –de manera generalmente supervisada- contra los síntomas de las enfermedades reumatológicas, las cuales tienen una alta prevalencia en nuestro país.
Un conjunto amplio y diverso de estos medicamentos integran el grupo de antiinflamatorios no esteroidales (Aines).
Que se caracteriza por producir tres efectos básicos: frenan los procesos inflamatorios, bajan la fiebre y reducen el dolor. Entre ellos, destacan el ibuprofeno, el diclofenaco, el ketoprofeno y el ketorolaco.
No obstante el intenso uso de estos fármacos por parte de la población, los especialistas recomiendan que se administren con cuidado y prudencia.
En general, los antiinflamatorios se deben recetar y usar en un plazo máximo de siete días. Si el paciente continúa con el dolor o inflamación, hay que reevaluar su condición de salud”, enfatiza el doctor Juan Carlos Flores, jefe de la Unidad de Nefrología de Clínica Alemana.